lunes, 6 de agosto de 2012

Neandertales, primeros "humanos modernos" y jinetes de rodeo

ResearchBlogging.org

Unas breves coordenadas para situarse...

El título de este post no es más que la traducción al castellano del último trabajo de Erik Trinkaus, publicado en el Journal of Archeological Science (de hecho, se trata de una corrected proof). En ese artículo se deja bien claro que la caza "cuerpo a cuerpo" de grandes herbívoros ya no es una explicación válida para los traumatismos detectados en los huesos neandertales. Y lo dice, precisamente, el autor que primero propuso y defendió esa hipótesis, lo cual, al menos, dice bastante sobre su honestidad.

Lo cierto es que "desdecirse" o corregirse a uno mismo, no es algo que se vea muy habitualmente en nuestros campos del conocimiento. Es normal y esperable que el estudio de nuevas evidencias supere nuestras antiguas visiones y modelos; y sin embargo, aunque estos casos de auto-correcciones se dan, no son todo lo habituales que deberían.

...y vamos al tema.

Volviendo al trabajo al que me refería, la cuestión comienza en 1995, cuando E. Trinkaus y T. Berger estudiaron los patrones de trauma óseo en los esqueletos neandertales conocidos, y propusieron una posible hipótesis explicativa: que esos humanos cazaban grandes ungulados "cuerpo a cuerpo". 

Las evidencias principales eran de tipo directo: las heridas óseas se concentraban en cabeza y brazos, y en general en la mitad superior del cuerpo, mientras que había pocas en la parte inferior, lo que es un patrón similar al de los traumas sufridos por los jinetes de rodeo actuales. Y también había evidencias indirectas: Las armas de caza que se proponían y conocían entonces, para los Neandertales, eran pesadas picas para utilizar cuerpo a cuerpo, tanto con punta de piedra como íntegramente de madera.

Sin embargo, pasados 17 años de esa propuesta, que ha sido utilizada en muchos modelos sobre la desaparición de las poblaciones Neandertales, este investigador veterano y bastante "directo", sin embargo, no tiene ningún problema en admitir que:

"Moreover, subsequent analyses of later Pleistocene human paleobiology and Paleolithic archeology indicate that it needs to be further qualified if not simply retracted"

En este nuevo trabajo Trinkaus compara los datos de su artículo original (con T. Berger) con los de Humanos Anatómicamente Modernos del Paleolítico superior inicial, que en 1995 no estaban disponibles y ahora sí.

Su conclusión es que, en términos estadísticos, no hay una diferencia significativa entre la distribución del trauma en unos y en otros, por lo que no se puede deducir que recibieran heridas de forma muy diferente, al menos con esas evidencias. Esto es importante porque deja claro un punto muy discutido en los últimos años: Si la caza de ungulados era o no más peligrosa para los Neandertales que para los primeros "humanos modernos". La evidencia, revisada, dice que no.

Mención aparte merece la reflexión de Trinkaus en cuanto a los datos disponibles sobre el armamento de caza de los Neandertales. Frente a la visión de 1995, en la que se afirmaba que usaban sólo armas pesadas de cuerpo a cuerpo, los trabajos recientes (como el que hemos revisado aquí de T. Lazuén, 2012) le permiten afirmar que:

"Yet, the analyses  have also documented sufficient quantities of projectiles, many with impact fractures, to have permited routine hunting at safe distance".

Es decir, que los Neandertales cazaban con armas de proyectil en el Paleolítico medio, al contrario de lo que se ha venido afirmando por otros autores.

¿Y ahora qué?

Por útimo, Trinkaus se ve en la necesidad de proponer una explicación alternativa para el patrón de traumatismos óseos del Paleolítico, ahora tanto de los Neandertales como de los primeros "humanos modernos", cuyos datos -como hemos visto- ya están disponibles. Para ello propone un modelo de múltiples factores, entre ellos:
  • La caza ocasional de grandes ungulados por emboscada (la hipotesis original del "cuerpo a cuerpo", pero reducida).
  • La sobredimensión de los traumas craneales como sesgo: A menudo los traumas en el esqueleto craneal pueden no corresponderse con daños realmente graves.
  • La movilidad como sesgo: Los individuos (Neandertales o "modernos") que recibieron lesiones graves en las piernas y no llegaron a un abrigo o cueva, fueron abandonados en el camino, al ser sistemas económico-sociales en los que la supervivencia del grupo se basa en la movilidad del mismo.
  • La violencia inter-humana, con casos probables tanto entre Neandertales (Saint-Césaire, Shanidar), como entre "modernos" del P. superior inicial (Sungir).
Cerrando el tema

En resumen, un breve, y recomendable estudio de Erik Trinkaus, que muestra algo muy importante en antropologia y arqueología: La importancia de hacer balance de las novedades que han surgido sobre un determinado modelo propuesto con anterioridad (aunque sea por uno mismo), y de saber reconocer cuando ese modelo ha dejado de tener validez.

Me vienen a la cabeza varios autores de los que no espero llegar a leer algo parecido, la verdad. Pero puede que incluso ellos me sorprendan.

Bibliografía adicional

Berger, T. D. y Trinkaus, E. (2012): "Patterns of Trauma among the Neandertals", Journal of Archaeological Science, v. 22, nº 6, pp. 841-852.

Lazuén, T. (2012): "European Neanderthal stone hunting weapons reveal complex behaviour long before the appearance of modern humans", Journal of Archaeological Science, v. 39, nº 7, pp. 2304-2311.

Referencia de Research Blogging para el artículo reseñado
Erik Trinkaus (2012). Neandertals, early modern humans, and rodeo riders Journal of Archaeological Science DOI: 10.1016/j.jas.2012.05.039

2 comentarios:

Maju dijo...

Lo del sesgo de la movilidad no me lo creo, a no ser que un rasgo de los neandertales fuera ser muy insolidarios con su propia gente. En general yo esperaría de grupos cazadores-recolectores llevar a sus heridos al menos al campamento base (la cueva a menudo) en parihuelas (una tecnología muy asequible) o a hombros (los neandertales eran particularmente fuertes).

Si a partir de ahí tuvieran que moverse a largas distancias por razones de supervivencia estacional o crítica, entonces podrían darse casos de abandono por necesidad pero en el radio de acción desde el campamento base generalmente no, no me parece plausible.

Por lo demás no sé.

Millán Mozota dijo...

Si, estoy de acuerdo con lo que dices de la movilidad. Además parece una visión un tanto tópica de los cazadores-recolectores.
Por otro lado, estoy de acuerdo con Trinkaus en que probablemente el patrón de traumatismos en "neanders" y "primeros modernos" no responde a una única explicación lineal (lo que, de todas formas, si lo piensas bien sería bastante raro) si no a múltiples factores no excluyentes. Asi, la violencia inter e intragrupal puede tener alguna incidencia (en las luchas se iría más a por el torso y la cabeza que las piernas), tb. los accidentes en las actividades diarias (como la caza de animales grandes, etc...).
En todo caso, la preminencia de fracturas en la parte superior del cuerpo respecto a las de las piernas (tanto entre "neanders" como entre "primeros modernos"sigue necesitando elementos de explicación.... yo tb. confieso que estoy un poco perdido.